sábado, 6 de diciembre de 2008

Vídeo

LA BERREA.

Entre mediados y últimos de septiembre, los ciervos machos adultos se encuentran en su máximo esplendor. Lucen sus cuernas altivos y orgullosos, a sabiendas de que las hembras se hallan preparadas para concebir.Los machos no sólo braman y pelean en los claveros; también escarban y orinan sobre la tierra, formando un barrillo en el que se revuelcan para delimitar su territorio. Tras varios días de luchas agotadoras, los machos ganadores cubren a las hembras de sus harenes.
Los berridos pronto son sustituidos por el ruido, más violento, del entrechocar de las astas. Pero, las peleas son incruentas. Las cuernas golpean y se enredan entre sí, sin llegar a herirse ningún contrario. Tan sólo se limitan a mostrar su fuerza al contrincante, aunque, en ocasiones, acaban exhaustos y, algunas veces, las menos, se quedan enganchados y mueren por no poder separarse.